CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

sábado, 28 de junio de 2014

SER PERSONAS DIGNAS - 28 DE JUNIO

Nos gustan tanto las efemérides que hay un día para todo y para todos, y como bien es sabido hoy es el día del Orgullo Gay. Y en el propio colectivo gay, transexual y bisexual, pues existe de todo pues el abanico es tan amplio como amplias son las posibilidades de SER personas. También hay cristianos y cristianas.

"¡Yo no quiero misericordia por ser gay, pues la condición homosexual no lleva implícito el pecado! Yo quiero todo aquello a lo que un digno hijo de Dios pueda aspirar. Todo. Ni más ni menos."

Y como cristianos que somos, tenemos un motivo de ejemplaridad para afrontar este día y todos los días, Jesucristo. ¿Sabía Jesús de sexualidad? Claro que supo de sexualidad. La sexualidad está en la mente y en la propia esencia del ser humano, y como humano que era “Jesús tuvo que tener deseo sexual” (José Mª Castillo). Ojo, hablo de deseo no de relaciones sexuales. De esas cosas personales respecto de Jesús, el evangelio no dice nada aunque si las hubiera tenido, su mensaje, persona y la obra de la redención hacia nosotros, no queda invalidada desde ningún punto de vista, pues todo lo ánima el Espíritu Santo de Dios como aliento de vida (Jürgen Moltmann). 


Lo que es una autentica lastima, es que centrándose Jesús en la necesidad de la felicidad para el ser humano, en el interés que tuvo por la salud de las personas y su propia vida afectiva, desarrollando lazos sensibles de autentica fraternidad comunitaria como autentica táctica para la evangelización; nuestra Iglesia Católica –especialmente la española- se afane constantemente en denostar a los homosexuales y demás grupos de género.

Al no acoger a ciertos sectores, la jerarquía debiera darse cuenta de que devalúan plenamente el sentido de comunidad, realizan una acepción de personas denunciada por Jesús y encima pierden un motivo ejemplar para estar orgullosos de sí mismos como pastores. Y es que, todo lo que para los obispos no es normal, está intrínsecamente desordenado. Todo lo que no es conforme a su opinión sobre cualquier cosa, está apartado de la comunión de la iglesia.

¿Cómo así somos Iglesia? Esta es ya una guerra declarada y defendida por los obispos, en pro de un magisterio que es causa interpretativa de la Palabra de Dios realizada por hombres; pero que nunca puede ser flagelo para subyugar denostar y anatematizar la vida de la gente. Nos refresca el espíritu, el percibir que entre los muchos gestos del Papa Francisco están los dirigidos tímidamente a los homosexuales, dejando claro que no hay que estar obsesionados ni nada por el estilo; y haciendo constantemente un llamamiento hacia una pastoral de inclusión y no de exclusión.

Aun así, todos los creyentes homosexuales o que pertenezcamos a la diversidad sexual considero que debemos ser cautelosos, pues el hecho de que el Papa pregunte por nosotros a los obispos del mundo, no nos garantiza una inclusión de nuestra afectividad sexual y nuestro “Ser” como personas. Se habla de mostrar misericordia, de ser generosos…etc. ¡A ver si encima de lo que llevamos aguantado les vamos a tener que dar las gracias por pedir para nosotros misericordia! 

¡Yo no quiero misericordia por ser gay, pues la condición homosexual no lleva implícito el pecado! Yo quiero todo aquello a lo que un digno hijo de Dios pueda aspirar. Todo. Ni más ni menos. 
Y ello implica el que a nosotros o se nos quiere con nuestra sexualidad incluida y se reconoce nuestra propia naturaleza de personas, o que simplemente se nos deje en paz para seguir –como hasta ahora- iluminando nuestra vida desde la Luz del Evangelio, siendo entre los nuestros la levadura de Jesús de Nazaret.

Considero un derecho el ejercer libremente lo que cada uno viva en sí mismo y lo viva con naturalidad. Creo que es una grandeza para la humanidad, y creo que da pleno sentido al evangelio de Jesús el que muchas personas podamos hacer un uso particular de la libertad, aunque la jerárquica iglesia solo considere libertad a la suya, la llamada libertad responsable, que descansa en el principio anunciado de que “quien se mueva no sale en la foto”. Me duelen las personas y me duele la iglesia. Me duele que algunos quieran esgrimir la Biblia al pié de la letra para condenar por ejemplo la homosexualidad; y no cojamos el pié de la letra otros pasajes para defender aquello en lo que jamás debiera de haberse convertido la Iglesia de Jesús.

“Obedecedlos y haced todo lo que os digan. Pero no sigáis su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra” (Mt 23,3). ¡Qué sabio fue Jesús!
Para terminar, solo dar un mensaje esperanzador. Los que en Jesús tenemos puesta nuestra mirada y nos tratamos de manera fraternal y solidaria, seremos Iglesia aun a pesar de los que piensan que no los somos. Aquellos que pasaron de largo ante el hombre herido en el camino (Lc 10, 31-32), no se pararán en el camino ante nuestra necesidad. Dios Padre si lo hace pues es bondadoso y es lo que llamamos en el pueblo harina de otro costal.

Este Dios Padre, en Jesús y por Jesús -su revelador- renueva nuestra esperanza en la superación diaria de obstáculos y controversias. De sus labios recibimos un apoyo, para dejar caer la cabeza en su hombro para poder reír y llorar. La amplitud de su corazón, en Dios se hace acogida total pues con el profeta nos dice: “¿acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré” (Isaías 49,15). Ánimo a todos los que amáis sin tener que pedir permiso para ello. Ánimo a los que os amáis tal y como somos. Tened en cuenta que si no os amarais os respetarais y aceptarais, le estaríais faltando el respeto a Dios.
Floren de Estepa.

PADRE NUESTRO, DE TODOS LOS AMORES

Padre nuestro y padre de todos.
De los altos y los bajos,
de los hambrientos y los hastiados,
de los tradicionalmente casados,
y padre también de los homosexuales.
Como me siento hijo/a  tuyo/a, te digo
que quiero vivir en ese reino que prometes
y que día a día esperamos.
Queremos repartirnos entre todos
el pan, las flores, el tiempo y el trabajo.
Equitativamente y sin desigualdades,
ya que todos, ¡todos somos imagen y semejanza tuya!
Espero de ti el perdón tan necesario,
para ofrecerlo a aquellos que nos ofenden
con teorías sobre nuestra sexualidad,
que se basan en la muerte y la degradación;
Ese perdón que nos haga vivir serenamente el futuro.
También nosotros queremos perdonarnos,
colaborando a levantar un mundo derruido,
Un mundo que se atreve a pesar el amor
para separar el legítimo del ilegitimo.
Como si todo el amor no proviniera de ti.
Queremos aportar nuestra fuerza en la lucha,
del odio egoísta,
de la boca soberbia,
de la ciega violencia,
de la xenofobia bendecida,
de los deseos que esclavizan,
de toda individualidad que excluya.
Tentaciones que cada día nos acosan
como a Jesús un día le acosaron.
Con su fuerza, que es la tuya,
queremos rechazarlas
y bendecirte por nuestro amor y sexualidad.
Quiero ser fuerte para rechazar,
todo aquello que lastre mi dignidad personal,
y convencid@  de la enormidad de tu corazón
poder decirte:

(Adaptación del P.N. de Arbeloa)

viernes, 27 de junio de 2014

EL CORPUS EN EL SIGLO XXI

El “CORPUS” en el siglo XXI
La fiesta del Corpus Christi se celebró por vez primera en la ciudad de Lieja en el año 1246. Luego sería el papa Urbano IV el que la constituiría como solemnidad en el orbe católico en el año 1264. Y su creación no deja de ser paradójica, en cuanto que allá por el siglo VIII se quiso realzar y ensalzar el misterio eucarístico, cuando se le había cerrado al pueblo las puertas a este mismo misterio; por medio de la misa en silencio y de espaldas al pueblo, en lengua extranjera y un ritual cerrado en el cual las personas solo acuden y –si acaso- contestan. 

Estamos casi en las mismas hoy por hoy. La misa es una cosa y puede que en ocasiones esté exenta de misterio eucarístico. Sí, porque cuando se establece un ritual cerrado, un ritual denso solemne y solo para unos pocos que puede que lo entiendan; se encarece la significación de la Eucaristía que Jesús nos enseñó a celebrar, en la cual prima la actitud de servicio y el compartir, por encima de todas las cosas. Yo celebro la eucaristía en cuanto que asisto a ella junto a la comunidad cristiana, y reconozco en ese trozo de pan fino y blanco la Presencia de Jesucristo, al igual que reconozco la misma Presencia en cualquier alimento que es vivido y compartido en su Nombre y entre Hermanos. En actitud de servicio de entrega, se sinceridad y autenticidad. “La Eucaristía es la fuente y cima de toda la evangelización” (Presbyterorum Ordinis - Vaticano II. 7-12-1965). Hoy por hoy, considero que esta máxima es cierta pero incompleta si se mira desde el prisma eclesial. La eucaristía es fuente y puede ser cima y cumbre, pero tal y como la tenemos enfocada en nuestros días es absolutamente inservible para la nueva evangelización. Una evangelización cuya esperanza radica en los jóvenes, en aquellos que tienen el mundo en sus manos y que están ávidos de enseñanzas, de principios y de liderazgo. ¿Cómo es posible que la Iglesia en cada una de sus parroquias –y siento generalizar-, no consiga revitalizar el rostro de Jesús de Nazaret y lo haga atrayente a los ojos de todas las personas, como por ejemplo hace el papa Francisco? Para ello sería muy necesario la tan deseada por algunos descentralización de las parroquias y la diversificación en cuanto a las responsabilidades pastorales entre el pastor y los agentes de pastoral y los laicos. Y creedme que se de lo que hablo. Las parroquias están muy necesitadas de democracia, sí. No tiene porqué ser esto un término o principio ajeno a la iglesia, cuando se solicita por activa y por pasiva sentido de comunidad, congregación, unidad…etc. Para ello, lo primero que habría que hacer es reconocer como servicio pastoral a tantas personas que ajenas a la iglesia pero con un trasfondo cristiano en muchos casos, hacen el bien sin mirar a quien y nos dan una lección de entrega y humanidad a los de misa y oración todos los días (Mc 9,40). “El apostolado de los laicos, que surge de su misma vocación cristiana nunca puede faltar en la Iglesia (Proemio de la Apostolicam Actusitatem, Vaticano II. 18-11-1965). Pero hay que dejarles trabajar, hay que dejar terreno de actuación, y sobre todo hay que saber acercar la eucaristía a las personas. Pero no haciendo una procesión cada vez más pomposa -y vive Dios que me refiero a la generalidad-, que era útil hace 800 años y cuyo misterio y esencia hoy es absolutamente desconocido para la mayoría del pueblo. Por cierto, no me gusta hablar de misterio respecto de lo indescifrable cuando hablo de eucaristía. Yo la considero un misterio, pero un misterio a descifrar a desvelar. Porque no hay eucaristía sin persona humana, sin humanidad. Y la Eucaristía tiene tantas facetas y posibilidades de relevarles y mostrarse maravillosa, fraternal, enriquecedora, sensible, cercana…etc; tantas como personas hay en el mundo y somos muchas. Para sintetizar todo esto acabo citando al apreciado amigo José Antonio Pagola, al cual nunca le falta una pizca de razón: “la preocupación por defender y precisar la presencia del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía, ha podido llevarnos inconscientemente a olvidar la presencia viva del Señor Resucitado en el corazón de toda la comunidad cristiana”. Si no actualizamos la eucaristía, se nos perderá entre los varales del palio de respeto. Esperemos que no ocurra y que todos colaboremos en ello. Abrazos fraternos.

Atte. Floren.

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - SOLO JESÚS EDIFICA LA IGLESIA

S. Pedro y S. Pablo (A) Mateo 16, 13-19
SOLO JESÚS EDIFICA LA IGLESIA
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA25/06/14.- El episodio tiene lugar en la región pagana de Cesarea de Filipo. Jesús se interesa por saber qué se dice entre la gente sobre su persona. Después de conocer las diversas opiniones que hay en el pueblo, se dirige directamente a sus discípulos: “Y vosotros, ¿ quién decís que soy yo?”

Jesús no les pregunta qué es lo que piensan sobre el sermón de la montaña o sobre su actuación curadora en los pueblos de Galilea. Para seguir a Jesús, lo decisivo es la adhesión a su persona. Por eso, quiere saber qué es lo que captan en él.
Simón toma la palabra en nombre de todos y responde de manera solemne: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús no es un profeta más entre otros. Es el último Enviado de Dios a su pueblo elegido. Más aún, es el Hijo del Dios vivo. Entonces Jesús, después de felicitarle porque esta confesión sólo puede provenir del Padre, le dice: “Ahora yo te digo: tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”.
Las palabras son muy precisas. La Iglesia no es de Pedro sino de Jesús. Quien edifica la Iglesia no es Pedro, sino Jesús. Pedro es sencillamente “la piedra” sobre la cual se asienta “ la casa” que está construyendo Jesús. La imagen sugiere que la tarea de Pedro es dar estabilidad y consistencia a la Iglesia: cuidar que Jesús la pueda construir, sin que sus seguidores introduzcan desviaciones o reduccionismos.
El Papa Francisco sabe muy bien que su tarea no es “hacer las veces de Cristo”, sino cuidar que los cristianos de hoy se encuentren con Cristo. Esta es su mayor preocupación. Ya desde el comienzo de su su servicio de sucesor de Pedro decía así: “ La Iglesia ha de llevar a Jesús. Este es el centro de la Iglesia. Si alguna vez sucediera que la Iglesia no lleva a Jesús, sería una Iglesia muerta”.
Por eso, al hacer público su programa de una nueva etapa evangelizadora, Francisco propone dos grandes objetivos. En primer lugar, encontrarnos con Jesús, pues “él puede, con su novedad, renovar nuestra vida y nuestras comunidades... Jesucristo puede también romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo”.
En segundo lugar, considera decisivo “volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio” pues, siempre que lo intentamos, brotan nuevos caminos, métodos creativos, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual”. Sería lamentable que la invitación del Papa a impulsar la renovación de la Iglesia no llegara hasta los cristianos de nuestras comunidades.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

martes, 24 de junio de 2014

PLEGARIA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR LOS NUEVOS ESPOSOS

Plegaria de acción de gracias por los esposos. En el caso para la que lo realicé, el enlace de Miguel y Lucía.

Padre bueno, que nos amas y nos buscas,
        estamos contentos en tu presencia
        y por ello te damos gracias.
        Hoy vemos aquí a Lucia y a Miguel,
        una pareja que vive el amor y cuyo amor
        transforma sus vidas en una fiesta.
        En ellos vemos los brillantes ojos del cariño,
        la sonrisa, el beso y los abrazos…etc.
        Las apasionadas obras del amor:
        la entrega, el compartir,
        la fecundidad y la aceptación,
        son las luces, la música y la danza
        y el banquete de nuestra fiesta.
        No nos cansaremos nunca de alegrarnos, Padre,
        por el amor de esta pareja
        y por el día en que se conocieron
        y descubrieron en sus vidas tu propia esencia
        y la de tu Hijo Jesús, la esencia del amor.
        ¿Cómo no alabarte por el amor de los padres,
        de los esposos, de los hijos, de los hermanos,
        de los amigos y de los compañeros de trabajo;
        que cada día nos dan a beber su amor?
        No podemos menos que bendecirte por todos los que,
        impulsados por la fe o sin ella,
        están luchando en el mundo
        para crear un clima
        en el que nos podamos querer como hermanos.
        Y en medio de ese mundo estáis vosotros,
        y todos los que hoy os acompañamos
        y que venimos de cerca o de lejos.
        Estamos hoy aquí todos unidos,
        somos signo de fraternidad
        en esta casa de Francisco de Asís
        donde se nos recibe con la “Paz y el Bien”.
        Esta casa en la cual se guarda esa Cruz,
        cuya sombra ha marcado la vida de Lucía y su familia,
        pues en ella y por ella recibimos la salud
        y en ella nos apoyamos en las adversidades de la vida.
        Que Él, Jesús, guíe vuestra vida.
        Que la dirija por caminos de felicidad y de superación.
        La vida como el deporte, es una continua carrera
        en la cual superar obstáculos y dificultades.
        Vosotros no navegaréis en la indiferencia,
        sino que el tesoro que tenéis en vuestras familias y amigos,
        es señal de vuestro compromiso
        con la vida y con la gente.
        Amando, respetando y siendo sinceros y cristalinos.
        Lucia y Miguel, vuestra alegría es la nuestra,
        de todos los que estamos aquí.

        Y por ello, damos gracias a Dios. Así sea.

(Adaptación de una plegaria de Jesús Burgaleta, realizada por Florencio S. Díaz Fernández)

viernes, 20 de junio de 2014

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - ESTANCADOS - CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

Cuerpo y Sangre de Cristo. Juan 6, 51-58 
ESTANCADOS
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIAEl Papa Francisco está repitiendo que los miedos, las dudas, la falta de audacia... pueden impedir de raíz impulsar la renovación que necesita hoy la Iglesia. En su Exhortación “La alegría del Evangelio” llega a decir que, si quedamos paralizados por el miedo, una vez más podemos quedarnos simplemente en “espectadores de un estancamiento infecundo de la Iglesia”. 

Sus palabras hacen pensar. ¿Qué podemos percibir entre nosotros? ¿ Nos estamos movilizando para reavivar la fe de nuestras comunidades cristianas, o seguimos instalados en ese “estancamiento infecundo” del que habla Francisco? ¿Dónde podemos encontrar fuerzas para reaccionar?
Una de las grandes aportaciones del Concilio fue impulsar el paso desde la “misa”, entendida como una obligación individual para cumplir un precepto sagrado, hacia la “eucaristía” vivida como celebración gozosa de toda la comunidad para alimentar su fe, crecer en fraternidad y reavivar su esperanza en Cristo.
Sin duda, a lo largo de estos años, hemos dado pasos muy importantes. Quedan muy lejos aquellas misas celebradas en latín en las que el sacerdote “decía” la misa y el pueblo cristiano venía a “oír” la misa o “asistir” a la celebración. Pero, ¿no estamos celebrando la eucaristía de manera rutinaria y aburrida?
Hay un hecho innegable. La gente se está alejando de manera imparable de la práctica dominical porque no encuentra en nuestras celebraciones el clima, la palabra clara, el rito expresivo, la acogida estimulante que necesita para alimentar su fe débil y vacilante.
Sin duda, todos, pastores y creyentes, nos hemos de preguntar qué estamos haciendo para que la eucaristía sea, como quiere el Concilio, “centro y cumbre de toda la vida de la comunidad cristiana”. Pero, ¿basta la buena voluntad de las parroquias o la creatividad aislada de algunos, sin más criterios de renovación?
La Cena del Señor es demasiado importante para que dejemos que se siga “perdiendo”, como “espectadores de un estancamiento infecundo” ¿No es la eucaristía el centro de la vida cristiana”. ¿Cómo permanece tan callada e inmóvil la jerarquía? ¿Por qué los creyentes no manifestamos nuestra preocupación y nuestro dolor con más fuerza?
El problema es grave. ¿Hemos de seguir “estancados” en un modo de celebración eucarística, tan poco atractivo para los hombres y mujeres de hoy? ¿Es esta liturgia que venimos repitiendo desde hace siglos la que mejor puede ayudarnos a actualizar aquella cena memorable de Jesús donde se concentra de modo admirable el núcleo de nuestra fe?

jueves, 19 de junio de 2014

MI OPINIÓN SOBRE FELIPE VI Y LA MONARQUÍA PARLAMENTARIA

Mi opinión sobre Felipe VI
Sin lugar a dudas hoy es un día histórico para nuestro país. España es un país democráticamente joven y está muy a la altura del desarrollo institucional y del relevo en las responsabilidades del estado. Y creo que somos muchas las personas que hoy por la mañana hemos seguido la jura del nuevo rey Felipe VI y todo el protocolo desarrollado al efecto tanto en al palacio de la Zarzuela, las Cortes y las calles de Madrid y finalmente el palacio real. 

Solo quiero opinar al respecto de mi posicionamiento respecto de este acontecimiento. Como muchos saben soy una persona de ideales políticos y religiosos progresistas. No soy conservador -aunque entiendo el conservadurismo como un honorable principio a desarrollar con coherencia si a uno le place, y tengo amigos conservadores a los que les profeso un gran afecto y en mi proceso formativo religioso siempre he admitido que de todo y de todos se aprende, tanto de progresistas como conservadores. Ser progresista no es sinónimo de republicanismo ni de ateísmo u agnosticismo.

Reconozco que he vivido la proclamación del nuevo rey con mucha atención y mucha emoción. Lo primero es que me encantan estos protocolos y solemnidades. Pero de una manera más responsable considero muy apropiada la formula de monarquía parlamentaria, que da al pueblo toda la soberanía, y tiene al jefe del estado como elemento representativo y de cohesión al servicio del gobierno.

¿Sería mejor la republica? Pues no lo sé, la verdad. Y no porque no la haya conocido, sino porque en muchos países cercanos y lejanos –miremos Francia- cuyas raíces ahondan en la formula republicana, se han preciado en muchos momentos irregularidades, escándalos, robos y obscenidades antidemocráticas, como posibles son estos actos en cualquier institución gestionada por personas. Miramos la monarquía y solo vemos privilegios y prebendas, pero no profundizamos en el servicio que dan al país. ¿Una republica y todo su aparato republicano está exento de privilegios, protocolos, honores castrenses, palacios y condecoraciones? En absoluto. Incluso analistas políticos de toda índole han coincidido en estos días en que la monarquía amortiza con creces su presupuesto anual, por los servicios que presta al estado y sus instituciones.


En definitiva. Puede que me diera igual monarquía o republica, pero insisto en que estamos en una monarquía y existen cauces legislativos y constitucionales para cambiar el sistema cuando una mayoría del pueblo español lo considere oportuno. Hoy por hoy, admito que en Felipe VI de Borbón y Grecia reconozco la imagen de la honestidad y la modernidad. Y este rey, como él mismo ha admitido, es rey de todos y de todos los que quieran ser representados por él. 
Así que le doy mi beneplácito. Le deseo lo mejor como rey y como persona junto a su familia, y espero que nos de la oportunidad de seguir confiando en la Corona de España.

martes, 17 de junio de 2014

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - CONFIAR EN DIOS - SANTÍSIMA TRINIDAD

Santísima Trinidad (A) Juan 3, 16-18
CONFIAR EN DIOS
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA11/06/14.- El esfuerzo realizado por los teólogos a lo largo de los siglos para exponer con conceptos humanos el misterio de la Trinidad apenas ayuda hoy a los cristianos a reavivar su confianza en Dios Padre, a reafirmar su adhesión a Jesús, el Hijo encarnado de Dios, y a acoger con fe viva la presencia del Espíritu de Dios en nosotros.
Por eso puede ser bueno hacer un esfuerzo por acercarnos al misterio de Dios con palabras sencillas y corazón humilde siguiendo de cerca el mensaje, los gestos y la vida entera de Jesús: misterio del Hijo de Dios encarnado.
El misterio del Padre es amor entrañable y perdón continuo. Nadie está excluido de su amor, a nadie le niega su perdón. El Padre nos ama y nos busca a cada uno de sus hijos e hijas por caminos que sólo él conoce. Mira a todo ser humano con ternura infinita y profunda compasión. Por eso, Jesús lo invoca siempre con una palabra: “Padre”.
Nuestra primera actitud ante ese Padre ha de ser la confianza. El misterio último de la realidad, que los creyentes llamamos “Dios”, no nos ha de causar nunca miedo o angustia: Dios solo puede amarnos. Él entiende nuestra fe pequeña y vacilante. No hemos de sentirnos tristes por nuestra vida, casi siempre tan mediocre, ni desalentarnos al descubrir que hemos vivido durante años alejados de ese Padre. Podemos abandonarnos a él con sencillez. Nuestra poca fe basta.
También Jesús nos invita a la confianza. Estas son sus palabras: “No viváis con el corazón turbado. Creéis en Dios. Creed también en mí”. Jesús es el vivo retrato del Padre. En sus palabras estamos escuchando lo que nos dice el Padre. En sus gestos y su modo de actuar, entregado totalmente a hacer la vida más humana, se nos descubre cómo nos quiere Dios.
Por eso, en Jesús podemos encontrarnos en cualquier situación con un Dios concreto, amigo y cercano. Él pone paz en nuestra vida. Nos hace pasar del miedo a la confianza, del recelo a la fe sencilla en el misterio último de la vida que es solo Amor.
Acoger el Espíritu que alienta al Padre y a su Hijo Jesús, es acoger dentro de nosotros la presencia invisible, callada, pero real del misterio de Dios. Cuando nos hacemos conscientes de esta presencia continua, comienza a despertarse en nosotros una confianza nueva en Dios.
Nuestra vida es frágil, llena de contradicciones e incertidumbre: creyentes y no creyentes, vivimos rodeados de misterio. Pero la presencia, también misteriosa del Espíritu en nosotros, aunque débil, es suficiente para sostener nuestra confianza en el Misterio último de la vida que es solo Amor. 
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).